Título: Los juegos del hambre.
Autor: Suzanne Collins.
La primera entrega de la saga de Los juegos del hambre llegó a mi porque me dejaron el libro cuando aun era desconocido. Desde el principio llamó mi atención el argumento. Un grupo de niños obligados a competir por su vida, grabados las 24 horas del día como en un gran hermano sangriento y futurista, solo puede quedar uno con vida.
Tras la guerra, los distritos se distribuyen por sectores. La pesca, el carbón, etc. Salvo el distrito 13 que fue supuestamente destruido y que sirve como aviso para los otros distritos, no deben alzarse contra el gobierno, contra el Capitolio, el organizador de los juegos.
La protagonista, Katniss, es del distrito 12 y se ofrece voluntaria para los juegos ocupando así el lugar de su hermana pequeña, salvándola de una muerte segura. Viaja al Capitolio junto con un chico de su distrito con el que comparte un momento dramático en el pasado, pese a que nunca fueron amigos.
Les acicalan, les visten, les preparan... para lo que es al fin y al cabo una simple lucha a muerte para que los que han nacido en un lugar privilegiado disfruten. Para unos participar en los juegos es una condena, para otros es un auténtico honor.
Katniss y Peeta destacan desde el primer momento y una vez en los juegos la tensión y la lucha se van turnando. Un viaje a la conciencia humana dentro de la narrativa juvenil. Una distopía donde el hambre, la crueldad, la represión y la angustia son el pan de cada día de los distritos.
Un libro que invita a pensar y a reflexionar sobre lo que somos capaces de hacer los seres humanos por vivir, los ideales y la libertad. Y una crítica social que nos hace reflexionar sobre el mundo mediático, si enfrentaramos a dos niños de cada Comunidad Autónoma de España a una lucha a muerte televisada, ¿cuántos apagarían el televisor horrorizados? ¿Cuánto subiría la audiencia del canal? ¿Quién podría dejar de mirar tamaña brutalidad?
En un aspecto más material hay que comentar que el libro ha pasado por diferentes versiones. Particularmente me gusta el diseño sencillo en negro con el símbolo de cada libro en el centro, es decir, las últimas ediciones. Pero reconozco que pese a haberme leído cada libro varias veces aun no me los he comprado por una razón muy simple: Quiero tener los tres en tapa dura y estoy harta de libros en rústica que se estropean con mirarlos. Además las ediciones en tapa dura suelen gustarme más, su tacto, su forma y, después de leerlos, son mucho más estéticos y resistentes en la estantería. Aguantan mejor el paso del tiempo.
La última vez que me desesperé y acabé comprandome la versión en rústica de un libro porque no sacaban la que yo quería... no pasó ni un mes y apareció en todas las librerías. Desesperante. Así que aquí estoy, esperando.
VERSIÓN CINEMATOGRÁFICA.
Protagonizada por la, desde ayer, ganadora de un Óscar Jennifer Lawrence, que encarna a Katniss tal y como yo me la imaginaba en el libro. Tal vez más guapa de la cuenta, pero es lo que tiene Hollywood, que los protagonistas o son un poco guapos o no valen aunque eso cambie el aspecto del personaje literario.
La única crítica que tengo para la película es que la hicieron demasiado edulcorada, quitaron, por decirlo de alguna manera, más sangre de la que deberían. Quisieron hacer una película para todos los públicos cuando el libro en sí no lo es. Aun siendo literatura juvenil creo que no todos los adolescentes tienen mentalidad para leer esta trilogía. O por lo menos para reflexionar lo suficiente sobre su argumento. Aun así me parece genial que un tema como la revolución social sea tratado para casi todas las edades, tal vez así se despierten muchas conciencias.
Me enorgullece que mi prima pequeña los leyera y le gustaran. Y sé que como ella hay muchísimos más. No es como Crepúsculo que ha desatado locas fanáticas por todas las esquinas del planeta que creen que conocerán a un vampiro y serán felices para siempre. Dudo mucho que un seguidor de los juegos del hambre quiera vivir un solo día en La Arena.
Felices juegos del hambre
y que la suerte esté siempre de vuestra parte.
Utopía Crítica.
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