Hoy tenemos en La Letra Crítica a Andrés Fernando Castaño, autor de El hondo pozo de la noche y de Donde reposa el sueño de las orquídeas. Desde Bogotá nos va contar su experiencia en varios certámenes y nos hablará de sus libros entre otras cosas. Además os dejamos su blog para que podáis conocerle mejor: http://vquijano.blogspot.com.es/
Nombre
completo: Andrés Fernando Castaño.
País: Colombia.
Estudios
o profesión: escritor y redactor freelance.
Edad: 35
"Considero que el escritor profesional, o al menos el que aspira a serlo, debe forjarse a si mismo con sus propios yunques y martillos: es decir, disciplina, autocrítica, capacidad de observación, perfeccionismo obsesivo, etc. Alguien que aspire a escribir, al menos una obra sino maestra, bien estructurada y con rigor artístico, deberá pasar por el tamiz de la escritura y corrección solitaria y la lectura de los grandes clásicos."
- ¿Cuándo despertó su pasión por la escritura?
Recuerdo que desde muy niño siempre estuve rodeado de libros. En la casa de mi abuela paterna, mi tío-abuelo, era aficionado a la lectura, a la música clásica y en general a todo lo que fuera cultura. En la sala de esa casa, había un sofá con una pequeña biblioteca que yo exploraba. Estaban allí, recuerdo, el Tesoro de la Juventud, una enciclopedia quizá de los años treinta o cuarenta, que me hizo tomarle amor a los libros. También se encontraban los clásicos de la editorial Jackson: Flaubert, Zola, Dostoievsky, etc.
- Hay muchas personas que se pasan toda la
vida soñando sin lanzarse a por ello. En ocasiones asusta el hecho de enfrentar
nuestra obra a los ojos críticos de los editores. ¿Cómo se decidió a publicar?
- Dicen que cada personaje lleva siempre una
parte del autor. Rasgos de su personalidad, pensamientos, apariencia... ¿Cree
que es inevitable aportar a nuestros personajes algo de nosotros mismos?
- Algunos escritores aparecen de la noche a la mañana, otros se pasan años escribiendo hasta conseguir lo que buscan. ¿Termina todo lo que escribe o tiene borradores inacabados?
- Para todos aquellos que aun no se han animado a comenzar a escribir, cuéntenos, ¿qué se siente al sumergirse en el mundo de la escritura?
- Ahora una cuestión de animación a la lectura para los más jóvenes, ¿qué libro recomendaría a un adolescente que aun no ha conseguido convertirse en lector?
- Cuéntenos de qué trata su libro El Hondo
Pozo. Su opinión como autor, no la sinopsis oficial. ¿Cuál fue su inspiración? ¿Cuánto
duró el proceso creativo?
- ¿Podría mostrarnos un fragmento de algún
escrito suyo que le guste especialmente?
Era la muerte de su ethos judío, que salía de los labios del rabino: "Maldito sea al acostarse y al levantarse...; maldito sea de noche y de día...; maldito sea al entrar y al salir...; maldito sobre todos los animales y las cosas…Maldito..." Benedictus era ahora Maledictus. El rabino y toda la judería de Holanda, se rasgaban las vestiduras por una simple razón: discrepar del dogma teológico. Un pensador tiene la necesidad de ser un libertario: ese era su ideario. Su tratado Teológico-Político, donde sostenía que los milagros no eran más que utopías, y la sagrada escritura era una invención literaria, le granjeó la abominación del gueto y el escarnio de la judería. En su férreo estoicismo, justificaba la ignorancia oscurantista del los doctores de la fe, diciendo para sí, que los ciegos nunca verán la verdad aunque esta brille ante sus ojos cegándoles. Todo no era más que palabras. Simples y llanos símbolos del Logos para representar el complejo mundo con el transitorio instrumento de una lengua pasajera. También su Ética, con la diferencia que la obra la escribía para derrumbar ese abominable dogmatismo metafísico, era una obra hecha de palabras. Un monumental sistema filosófico, demasiado ambicioso para su tiempo y que habría de convertirlo en un filósofo maldito, un santo y un demonio, héroe y villano. "Los hombres no pueden desligar de su naturaleza el odio o el amor", pensaba, "permanecen esclavos de las pasiones". El tiempo, la ciudad y la noche; el mundo y sus miserias quedaban atrás, a su paso caviloso bajo el brillo de la luna sobre los canales.»
- ¿A qué edad comenzó a interesarse por la lectura?
- Los escritores son ante todo lectores, ¿cuál
diría que es su autor favorito o su obra predilecta?
Hay muchos. Me parece inmenso Robert Graves él es conocido por Yo Claudio, novela adaptada por la BBC para televisión. La leí y está muy bien escrita, entreteje la trama de los poderes detrás del poder en la Roma antigua. Sin embargo hay un libro clave de él: La Diosa Blanca, una gramática de la lengua poética en Europa, sobre todo en el mundo celta, sajón y mediterráneo. Es un libro capital para comprender que es en la poesía que comienza todo. Un autor citando a Fernando Vallejo, debe tener en cuenta que la literatura es ante todo: música y ritmo, si carece de alguno de estos dos elementos, un texto no va a gustar, es como tocar en un violín desafinado y sin técnica. Me gusta mucho Borges, siempre trato de hacer algo semejante a su poética literaria. Octavio Paz es gran poeta y ensayista, es un referente. Están Mann, Joyce, Dostoievski, Tolstoi, son muchos.
- Ha escrito varios poemarios que ha publicado, como Donde
reposa el sueño de las orquídeas. ¿Podría hablarnos de esta obra y de lo que
intentaba transmitir en ella?
Este poemario se fue dando con poemas escritos de manera independiente. No puedo concebir un poemario sobre un tema, el poeta siente una necesidad de escribir sobre algo: un perro, una mujer, una muerte, una imagen, una melodía, etc., y escribe. Mis temas en poesía quieren explicar la visión poética particular que tengo sobre la soledad, la muerte, la melancolía. Creo que en gran porcentaje al pensar en un poeta se piensa en un autor que versa sobre el amor o imágenes de idilio amoroso. Es un rezago del siglo XIX, que se ha revaluado. Sin embargo en la poesía con vocación de arte puro, pienso, es válida cualquier cosa para expresar la idea o comunicársela al lector. Pretendo ante todo estremecer al lector con un verso. Mi mayor ambición que es quede en la memoria.
- Nos comentó que en 2003 participó en un certamen de poesía y
nos preguntábamos si podríamos leer el escrito que presentó.
Desafortunadamente no. En ese tiempo lo escribí a máquina y los originales se perdieron –afortunadamente–. Pero puedo compartirles uno que me valió un accésit o mención en el concurso María Pilar Escalera 2011.
Tejares
Aleros entrañables de la infancia
ahora habitados por enredaderas.
Los hospitalarios techos de la estancia,
colores clareando en mi memoria
y sus rojos tejados de arcilla,
protectores recogiendo lluvia antigua
por sus canales escarlatas.
Tejados resguardando esa niñez ya tan lejana.
Cálido techo de veranos pasados.
¿Serán aquellos donde buscan sombra
en tardes de lluvia los recuerdos?.
- Háblenos de otros certámenes en los que ha participado y cuéntenos
cómo fue la experiencia de ponerse en manos de un jurado.
Participé en varios pero solamente en el certamen Maria Pilar Escalera 2011, donde tuve una mención entre más de 1000 autores de todo el mundo que enviaron sus trabajos por Internet, digamos que el jurado pensó que lo que escribí valió la pena. Ser leído por un jurado y aprobado es siempre venturoso y satisfactorio como escritor. Ahora bien, puedo decir que uno no sabe lo que pase por la mente del jurado entonces queda su obra al garete, en manos del azar. Sin embargo he participado como jurado en este concurso en 2012 y analizar y juzgar las obras ajenas siempre es un oficio un poco arbitrario: no tengo la autoridad poética suficiente para decir si este verso es malo o no, pero si puedo decir, eso es lo que hace en el fondo cualquier miembro de un jurado, si un verso me gustó o no.
- La poesía es un género que transmite emociones. ¿Cuál es su
sentimiento predominante? ¿Amor, tristeza…? Queremos saber qué encontrarán los
lectores en sus escritos tras esta entrevista.
Me gusta expresar la abrumadora carga que trae la tristeza. Pienso que la mayor parte del tiempo el hombre no es feliz, trata de paliar el dolor de la vida por momentos, pero la vida es trágica principalmente. Hablo en mis versos sobre lo melancólico, la perplejidad que producen episodios como la muerte o la soledad. Mi referente poético es Octavio Paz, su poesía está cargada de un halo trágico y filosófico. Hay un poeta argentino Manuel Lozano, que leyó Borges y también me ha inspirado mucho, es un poeta prodigioso. Un poema puede asaltarme en medio de la madrugada y tengo que tomar la idea ahí, porque la poesía es un ave más recelosa que la prosa digamos. Se va y nunca más puede que llegue de nuevo ese verso.
- Para terminar una pregunta que nos lleva de nuevo a su origen
como lector. ¿Recuerda cuál fue el primer libro que leyó o el primero que le
caló de verdad?
Tengo fresco en mi memoria cuando tuve que leer La Vorágine de José Eustasio Rivera, para un trabajo escolar, como a los once años. Me atrapó mucho. Aun tengo vívida la imagen de Arturo Cova perdido en la manigua de la selva junto a Alicia. Es una de las grandes novelas latinoamericanas que describe ese mundo brutal y despiadado de la explotación cauchera donde el ser humano no valía mucho comparado con ese líquido viscoso que salía de la corteza de un árbol. Vargas Llosa tiene un libro interesante El Sueño del Celta, que toca el mismo tema visto por ojos de un europeo, Roger Casement, que denunció por primera vez los abusos. Esa novela de José Eustasio Rivera, me abrió una ventana a la condición humana en un mundo cada vez más mercantilista, materialista y donde todos hacemos parte de un engranaje de producción, aunque sea artística. Hace poco una editorial de prestigio, Oveja Negra, leyó los textos que ahora por fin pude publicar, en la página mencionada, que nos da esta gran oportunidad. Me pidieron más o menos dos mil dólares para pagar gastos de edición. No pude dejar de pensar con pena, que la industria editorial, también se ha convertido en eso que tanto denunciamos los escritores. Muchas gracias por la entrevista.
Utopía Crítica.
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